.HabÃa una vez una madre que habÃa perdido a su hijo. Su nombre habÃa sido Zach, y sólo tenÃa cuatro años cuando desapareció en el bosque del Molinete. Su madre estaba angustiada y le buscaron dÃa y noche durante casi veinte años. Su marido la habÃa abandonado, alegando que no podÃa vivir con una mujer atrapada en el pasado. Él le dijo que echaba de menos Zach tanto como lo hizo, pero igualmente necesarios para seguir adelante. HabÃa estado desaparecido desde hace veinte años, después de todo, y el hombre estaba solo y triste. Pero la madre no le prestaba atención. Ella lo dejó ir sin decir una palabra, sólo siguió mirando por la ventana de su pequeño apartamento en Castelia ciudad.
Sus amigos a veces visitado. Se sentaron en el sofá y la miró, el intercambio de palabras susurradas de vez en cuando. Muchas veces se trató de alejarse de la ventana, pero ella simplemente se los mira, los ojos vidriosos y muy lejos, y decir: "No, yo me quedaré aquÃ. Zach se viene pronto y no quiero perder él ". Preocupado y derrotado, amigos de la madre se iba, la promesa de visitar de nuevo pronto.
Entonces un dÃa un golpe pequeño a la puerta. La madre se levantó de su silla y fue a contestar, ferviente esperanza de que fuera a su hijo perdido, regresó de su juego en el bosque del Molinete. Abrió la puerta y miró hacia abajo en un niño pequeño. TenÃa el cabello rojo, su piel era de color gris, y tenÃa una pequeña cola, suave, pero se parecÃa a su querido, pérdida de Zach. La madre le arrebató al niño y, sollozando y regaños y riendo al mismo tiempo. HabÃa perdido todo concepto de hace mucho tiempo, y el hecho de que habÃa tenido veinte años para que su hijo regrese y él todavÃa era muy pequeña, no tenÃa ningún impacto en su alegrÃa al verlo. Su hijo de cuatro años habÃa regresado.
La madre se sentó Zach en el sofá y le dijo que esperara allà mientras ella le hizo un sándwich, entonces ella lo vio comer y ver los dibujos animados con todo el amor del mundo. El sol se hundÃa en el horizonte y la madre puso Zach a la cama, besándolo en la parte superior de la cabeza y diciéndole que tiene los más dulces sueños. Apagó la luz y se fue a su cama por primera vez en veinte años.
Ella dormÃa profundamente y me desperté de buen humor, cantando mientras preparaba el desayuno para su hijo querido. Ella fue a la sala de comedor con un plato de huevos revueltos en sus manos, y Zach estaba esperando, una amplia sonrisa en su rostro.
"Hola, querida." Dijo alegremente con él, el establecimiento de abajo de la placa. "Mira. Te hice el desayuno." Zach no dijo nada, pero simplemente inclinó la cabeza hacia un lado. La sonrisa en su rostro se extendÃa aún más amplia, y su cola peluda sacudió de lado a lado. Mal se encendieron en sus ojos verdes.
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Amigos de la madre se acercó más y tocó a la puerta. Al no obtener una respuesta, que fue a ver qué pasaba. Uno de los amigos, que era de Nuvema, habÃa traÃdo a su pequeña hija, un nuevo entrenador con dos Pokemon y una Pokédex. Ella habÃa estado pensando que tal vez la niña podÃa contar las historias de la madre de sus viajes y animarla.
Registraron todo el piso, pero sólo encontró un pequeño Pokemon, de zorro. Era gris, con mechones de pelo rojo y ojos verdes. Se les sonrió con picardÃa y ladró. Emocionados de ver a un Pokémon, el joven entrenador se arrodilló delante de él y tiró de ella Pokédex de su mochila. Que sonó y una voz automática empezó a hablar:
Zorua - Se cambia en las formas de los demás para sorprenderlos. Al parecer, muchas veces se transforma en un niño callado.
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