jueves, 5 de enero de 2012

Pokémon oro empañado

Siendo alguien que no conoce tanto de tecnología como una persona de esta generación debería, sé muy poco sobre lo que puede hacer ella. Dejando de lado los e-mail, el MSN, y la descarga ocasional de algo que era inaccesible para mí de otra manera en el momento, tengo más o menos el mismo conocimiento que una persona de ochenta años pueda poseer sobre el mundo electrónico.

Por ejemplo, y la causa de esta experiencia que voy a relatar, yo no tenía idea de que alguien era capaz de hackear juegos de pokémon para hacer sus propias sub-historias en el mundo, y menos podía imaginar que era posible hacer una copia física de ese hack en un cartucho real.

Sin embargo, tuve la mala suerte de aprenderlo de una manera lo más perturbadora posible.

Cuando era más joven, Pokémon Oro fue mi primer juego de la popular franquicia. Me hice muy unido a las pequeñas criaturas que mi personaje (a quién le puse mi nombre incluso cuando elegí al personaje varón siendo yo mujer) atrapó y ocasionalmente fantaseaba con las aventuras que tendríamos en una línea de historia inventada por mi.

Eso no es muy importante ni viene al caso, de todas maneras.

Lo qué sí es importante es el hecho de que nunca abandoné mis fantasías infantiles, las memorias de ese primer juego eran demasiado adoradas por mí como para dejarlas ir. Por esa razón aún tengo mi viejo cartucho de Pokémon Oro, completo con un abuso total del glitch de copia. Sin embargo, me niego a re-comenzar mi juego, porque tengo miedo de que se pierda la magia de ese antiguo juego.

Quería jugar una partida nueva completa de la versión con la recuerdo que fui más feliz, pero cartuchos viejos son bastante difíciles de encontrar fuera de la Internet hoy en día, lo máximo que puedo encontrar en los mercados de artículos usados son juegos de GBA, y muy difícilmente de pokémon.

Afortunadamente para mí, mi abuela aún apoya enteramente mi ya antiguo amor por Pokémon y muy seguido me compra cajas de cartas, juguetes, video casetes y otros productos con los que se encuentra en sus frecuentes visitas a subastas locales. Para dejarles en claro, pocas de las cosas que me da están en buenas condiciones: cosas olvidadas hace mucho tiempo, guardadas en un mohoso sótano después de que la etapa infantil del dueño casi nunca lo están. Pero, como son regalos de una pariente muy querida, los atesoro como si estuvieran hechos de Oro (el juego de palabras no fue mi intención).

Hace muy poco, ella me dio una caja con un video casete en perfectas condiciones que contenía episodios del principio de la primera temporada, varios cientos de cartas muy usadas y maltratadas,…y un cartucho de juego de GBC sin etiqueta.

El cartucho era del familiar color dorado metálico del juego que andaba buscando. Incluso cuando la etiqueta había sido removida, y una enorme y roja X había sido dibujada en el lugar donde la pegatina solía estar, podía decir con facilidad que juego era…¿cual otro podría tener ese color? Podrán imaginar mi emoción por finalmente encontrar otra copia (Odio ordenar cosas por Internet, por lo que esto fue un enorme alivio). Agradecí a mi abuela con mucho amor y le prometí que jugaría ni bien llegara a casa, lo cual hice.

Comenzar fue un poco difícil, no porque el juego estuviera dañada, si no que le había vendido mi Gameboy Advance a mi hermano menor años atrás por algunas de sus mejores cartas de pokémon…cuando algo le pertenece a él, es difícil lograr que me lo preste. Supongo que así son las relaciones de hermanos.

Después de varios sobornos, finalmente tuve en mis manos mi antigua GBA y rápidamente introduje el juego. Escalofríos llenaron mi cuerpo mientras la animación del inicio del juego comenzó a reproducirse, enviando una ola de nostalgia sobre mí. Era bueno ver esa animación de nuevo.

El juego se abrió normalmente, la pixelada imagen de Ho-oh volando por el cielo debajo del titulo se presentó antes de dirigirme a la normal pantalla de selección. La persona que había sido dueña del juego antes que había dejado su partida en el juego, pero me importaba poco lo que alguien hizo antes que yo. Considerando la condición en la que estaban sus posesiones, debió haber sido muy joven. Mi sentido común me decía que estaba condenado a conocer un equipo lleno de Pikachus con nombres ridículos si me atrevía a abrir la partida.

Comencé un nuevo juego.

Aquí fue cuando noté que algo no estaba muy bien con el juego. La común introducción que involucraba al profesor introduciéndote al mundo de los pokémon no se mostró. En realidad, la cosa fue más o menos así:

Comenzó con una pantalla negra, que era bastante familiar considerando que así era como las versiones Oro, Plata y Cristal comenzaban. Pero, en vez de la normal ventanita de dialogo preguntando “¿Qué hora es?”, la ventana decía algo así como…

………..
…….

Los pokémon no son más que herramientas.
Usalos, y luego tíralos a la basura.
……..


La pantalla negra se desvaneció, revelando un área vacía de noche. Me parecía familiar; la recordaba vagamente como una ruta en una de las partes del principio del juego, pero como no lo había jugado en tanto tiempo, no pude darme cuenta de donde era.

En el silencio de esta escena, el sprite de tu rival –que yo, de ahora en adelante llamaré Silver, como en los juegos originales- entraba en escena desde la izquierda: Se movía un poco más lento de lo normal, como si estuviera vacilante con respecto a algo. Una vez que llego al medio, se paró y miró atrás para mirar el lugar de donde vino, luego volvió a voltearse a donde estaba yendo, y volvió a caminar hacia atrás, hacia el lugar del cual vino.

Por un momento, se paró allí mirando al lado izquierdo de la pantalla antes de que una ventana de dialogo apareciera debajo de el diciendo nada más que “…”. Después de eso, volvió a dar la vuelta, solo esta vez saliendo de la pantalla.

La escena se desvaneció para ser reemplazada por Silver parado en el lugar donde lo conoces por primera vez oficialmente, justo afuera del laboratorio del Profesor Elm. Estaba claramente en una parte un poco más avanzada del juego de lo normal, mientras se podía ver al profesor y a sus asistentes saliendo del laboratorio yendo por diferentes caminos: los asistentes dejaron la ciudad, y Elm caminó hacia abajo en la ciudad, lo que me hace asumir que se fue a su casa en el pueblo. El personaje de Gold (el protagonista usual) no se veía en ninguna parte.

Después de esa corta escena, la pantalla se quedó sobre Silver. Creí que el juego se había congelado al principio, pero finalmente me di cuenta que era capaz de moverlo. Honestamente estaba algo emocionada, Silver fue –y siempre va a ser- mi rival favorito, y era interesante que pudiera jugar siendo él.

Lo movió un poco más abajo para ver si podía explorar, pero me paraba cada vez que daba un paso más lejos del frente del laboratorio. Una ventana de dialogo saltaba diciendo “No puedo irme aún…”, y me hacía retroceder un paso. Me moví hasta el lugar donde estaba parado originalmente y me moví hacia la ventana. Funcionó como una puerta, ya que me hizo entrar en el laboratorio.

Dejando de lado el equipamiento regular –estanterías con libros, computadoras, cubos de basura, todo eso- el laboratorio estaba vacío; lo que era de esperarse ya que los empleados se habían ido minutos antes. En la mesa había una sola pokébola, y al no tener un pokémon aún, me acerqué y la tomé.

Una ventana de dialogo apareció diciendo “Obtuviste un TOTODILE” pero no se reprodujo la música usual de cuando se agarra un objeto…aparentemente, robar no era tolerado ni por el juego. Después de presionar “A”, me dio la opción de nombrar al pokémon, a lo que respondí “Sí” ya que amo ponerle apodo a estas criaturas. Cuando me llevó a la pantalla para nombrar, otra ventana de dialogo apareció, interrumpiendo el proceso de nombramiento:

“¡No le pongas nombre! Solo generarás un vínculo inútil.
No lo ames, usalo.”

Era claramente la “voz” de la misma persona que habló al principio. Lo encontré extraño…

La pantalla para nombrar se desvaneció dejándome en el laboratorio vacío, y de inmediato traté de salir por la puerta del frente, pero me detuvo Silver diciendo “No saldré por ahí…”. Otra vez, fui hacia atrás y salí por la ventana que use de entrada.

Como si las cosas no fueran ya muy extrañas, cuando salí de Pueblo Primavera para comenzar mi aventura y puse un pie en la hierba alta, era casi imposible que me atacara un pokémon salvaje. Normalmente, iría por un camino distinto para evadir la hierba más tarde durante el juego, pero al principio disfrutaba de subir el nivel de mis pokémon…por lo que no ser capaz de encontrar algo con lo que pelear era un poco frustrante.

Después de varios minutos de caminar hacia delante y atrás en los recuadros de hierba, finalmente me encontré un pokémon. Un sentret, nada fuera de lo ordinario, pero cuando iba a enviar a mi Totodile y elegir el único movimiento útil que tenía en ese momento –Arañazo-, el pokémon huyó. Estaba bastante confundida, los pokémon salvajes nunca huían…al menos no ese pokémon. Después de unos cuantos intentos más, todos los encuentros terminaron igual, por lo que decepcionada continué hasta Ciudad Cerezo.

Justo antes de entrar al a ciudad, reconocí ese área antes de la ciudad como el lugar donde Silver caminaba al principio del juego. Al entrar en la ciudad, me encontré con Gold, quien sin decir nada me desafió a una batalla. Su pokémon, Cyndaquil, ya era de un nivel un poco más alto que el mío (Todavía estaba atrapado en el nivel 5, mientras el ya estaba en nivel 7) e incluso cuando tenía la ventaja de tipo, el me venció. Antes de desmayarme, el sprite de Cyndaquil se cambió por el de Gold…se veía decepcionado.

Después de salir del centro Pokémon de Ciudad Cerezo –No lo había usado antes, pero al parecer era mi única opción-, caminé hacia el lugar donde Gold me había desafiado solo para darme cuenta que no podía volver a luchar con él a estas alturas.

El juego se estaba poniendo un poco molesto ahora: no tenía dinero, ni pokégear, ni pokédex, y era incapaz de luchar con pokémon salvajes. Afortunadamente, una vez entré en la ruta 30, había otros entrenadores con los cuales podía luchar y fácilmente vencer…aunque ninguno de ellos parecía querer hablar conmigo luego de que ganara.

Para entonces, había entrado a Ciudad Malva, pero el nivel de mi pokémon era aún muy bajo como para vencer al líder. Pero con el dinero que gané de los entrenadores con los que luché antes, pude al menos comprar algunas pociones, así que sentí que estaba listo. Los entrenadores del gimnasio eran lo suficiente débiles como para que solo me viera obligado a usar dos de las pociones que compré, y pude subir de nivel una vez. Aún así, cuando enfrenté al líder de gimnasio, probó ser demasiado para mí y perdí. Después de ganar, el hizo lo mismo que Gold…y se veía decepcionado, tal como él.

Cuando la batalla terminó, no me desmayé, sino que tuve que aguantar un sermón sobre tratar a los pokémon correctamente, de parte del líder. Una vez terminó de hablar, recibí una opción de una sola palabra: “¿Robar?”

Elegí la única opción que me daban, “Sí”.

Silver dio un paso atrás y se lanzó contra el líder, mandándolo varios cuadros hacia atrás. Otro dialogo apareció informándome que había robado la medalla del gimnasio, la MT 31, y 500 $.

Luego de eso, me desmayé.

Y así continuó el juego, siendo yo posible de vencer a los entrenadores débiles que encontraba en las rutas y en los gimnasios, pero siempre perdía contra los lideres y me veía obligado a robar sus medallas. La opción de “robar” también funcionaba en gente que normalmente te daría un objeto en el juego, y así fue como obtuve objetos clave como el Buscaobjetos, la bicicleta, el rociador de agua, MO’s y muchos más…de otra manera no me los daban.

Cualquiera con quien hablaba se negaba a devolverme la charla, saludándome solo con un escueto “…” o dándome sermones sobre como tratar correctamente a los pokémon…y también la Enfermera Joy comenzó a tratarme así. Para cuando había llegado a Ciudad Trigal, cada vez que me desmayaba, la enfermera me regañaba.

Los pokémon salvajes seguían evitándome, y si quería que mi equipo mejorara debía de esperar que las pokébolas que usara atraparan al pokémon al principio. Lo que hacía más extrañas las batallas con pokémon salvajes era que incluso cuando hacía que los pokémon se quedaran en la batalla con Mal de ojo, el pokémon se desmayaba. Literalmente. Después de usar Mal de Ojo –si podía atacar primero, ya que el pokémon enemigo a veces tenía más velocidad que el mío-, antes de que pudiera elegir otro movimiento, el pokémon salvaje se desmayaría solo.

La ventana de dialogo decía “ ¡El –Inserte nombre de pokémon- se forzó a si mismo a desmayarse!” y la batalla terminaba.

La única cosa que parecía seguir normal al menos para mí eran las batallas con el equipo Rocket. Siempre ganaba contra ellos y siempre me trataban como un niño entrometido que se metía en su camino.

El resto del juego hasta cierto punto no es muy importante. Dejando de lado ganar y robar, todo era más o menos normal. Mientras mis pokémon maduraban lentamente debido a perder frecuentemente, sí pudieron comenzar a quererme ya que los llevaba a cortarse el cabello y esas otras pequeñas cosas que hacían más grande el lazo de amistad. La última vez que me fijé, la persona que medía la felicidad del pokémon –uno de los únicos personajes que me hablaban normalmente- dijo “Esta bastante feliz”.

Creo que deben pensar que esto no es perturbador en lo más mínimo, y que debería aceptar que el hack era simplemente un juego hecho para mostrar el lado de Silver en la historia…bueno, lo acepté y lo era, pero la historia no terminó aún.

Una vez que finalmente llegué a Kanto –continuando gracias al proceso de ganar, perder y robar-, me aventuré en Ciudad Verde. En el momento que puse un pie en la ciudad, la música se cortó. Al principio pensé que era simplemente un glitch en la programación, y que de ahora en adelante iba a tener que aguantar un juego sin sonido. Pero quedándome parado un rato allí, se pudo escuchar un débil sonido que se desvaneció.

Ahora estaba seguro que la música se había arruinado, como si tratara de reproducirse, pero no podía. Pero cuando di un paso atrás hacia la ruta de la que vine, la música volvió perfectamente…era solo la Ciudad Verde la que estaba silenciosa.

Ahora estaba curioso, por lo que volví a la ciudad silenciosa y comencé a explorar. No había una persona a la vista…nadie en el exterior, nadie en las casas, ni siquiera había gente en el pokémercado y el centro Pokémon. La ciudad estaba enteramente vacía…solo el silencio y el ocasional sonido suave que todavía no podía identificar.

Cuando caminaba hacía el gimnasio, el sonido se hizo más alto. Supuse que el ruido venía de adentro, por lo que me adentré en el gimnasio. Allí adentro tampoco había nadie, pero eso era de esperarse, el gimnasio estaba vacío incluso en el juego original.

El ruido no se escuchaba aquí, pero todavía estaba mortalmente silencioso.
Camine hacia donde el líder de gimnasio acostumbraba a estar, y pasé de ese punto para chocar contra la pared de ladrillo –Hago eso a veces, me gusta el sonido- y entonces fui transportado a otra habitación…La pared escondía unas escaleras.

El lugar estaba también en silencio mortal…pero el sonido comenzó a sonar de nuevo. Era mucho más alto esta vez, y pude identificar un montón de sonidos agudísimos al azar…que juntos, sonaban como gritos.

Ahora ya deberían imaginar que mi corazón estaba latiendo muy fuerte…no soporto los gritos –o cosas que suenen como gritos- a causa de una desafortunada experiencia con una muy real casa encantada a la que fui cuando tenía tres años…pero estoy divagando.

A pesar de que mis manos temblaban y mi corazón latía insoportablemente, exploré la habitación, que estaba teñida de un rojo apagado como en Pokémon Rojo. La habitación seguía un patrón zigzagueante y los gritos sonaban al azar, algunos cortos, otros largos y exagerados…sonaba como si estuvieran torturando a alguien.

Mientras continuaba por los pasillos zigzagueantes, me encontré con varias imágenes perturbadoras: sprites de NPC’s sin cabeza, o cabezas sin cuerpos. Siempre que trataba de examinar los cuerpos, Silver decía “No mires…”

Los cuerpos y cabezas se volvieron cada vez más frecuentes a medida que avanzaba, obstruyendo el camino y dejándome poco espacio para caminar…y los gritos se hacían aún más frecuentes.

La pantalla comenzó a parpadear mientras caminaba, justo como lo hace cuando un pokémon esta envenenado…pero estaba segura de que ninguno de ellos lo estaba. Solo por si acaso abrí el menú de mi equipo para chequear. Ninguno de mis pokémon estaba envenenado, pero su salud había comenzado a disminuir. En un intento de arreglarlo, tome una súper poción de mi mochila y traté de utilizarla en Feraligatr.

Una ventana de dialogo apareció diciendo “No tendrá ningún efecto.”

Ahora estaba perturbado, sabía que nada de esto debía pasar. Sin tenerlo en cuenta, continué avanzando, esperando que cuando se desmayaran por esto, sería devuelto a un centro pokémon y las cosas volverían a la normalidad.

…Fui estupida al asumir eso…

Continué a lo largo del mórbido camino, con la pantalla parpadeando. Comencé a notar que incluso Silver caminaba más lento…No sé qué, pero algo estaba absorbiendo tanto las energías de mis pokémon como las mías.

Finalmente, Silver paró cuando la ventana de dialogo saltó para decirme que todos mis pokémon estaban desmayados…pero no decía lo que esperaba.

Decía “ESTAN TODOS MUERTOS”.

Para entonces ya estaba lista para llorar, pero no pude pararme a mi misma de intentar llegar al final de esta perturbadora experiencia…si no hacía esto ahora, simplemente me vería tentada de intentarlo nuevamente…

Finalmente, llegué a la habitación central, que estaba teñida de un profundo rojo…asumí que era para simular el hecho de que la habitación estaba llena de sangre, aunque solo había unos pocos cuerpos desparramados por ella. En el centro, había unas pocas figuras, un hombre, un pokémon inidentificable, Gold y otro pokémon que solo pude asumir que era su Typhlosion.

El Typhlosion de Gold atacó al pokémon del hombre, pero fue abatido rápidamente, haciéndose el sprite primero rojo, luego gris, y luego desapareciendo…el pokémon del hombre lo había matado.

El sprite de Silver dio un paso solo y el hombre finalmente notó su presencia.

GIOVANNI: Ah, hijo, ya llegaste. Viniste a ver la defunción de tu rival, ¿no?

Esto causo que Gold se diera vuelta para mirarte. Lo único que decía era “…”

Silver continuó moviéndose solo: Se acercó al hombre y lo golpeó, lanzándolo hacia atrás…lo cual obviamente enfureció a Giovanni.

GIOVANNI: ¿Vas a ayudarlo?
¡Te has hecho tan débil como los demás!
Si te parece que vale la pena salvarlo…
…¡quizás debería mostrarte que no tiene sentido vincularse!
¡MEWTWO, hazte cargo de él!

Mewtwo obedeció las órdenes de su creador y se acercó a Gold. Todavía no estoy muy seguro de lo que hizo en realidad, pero golpeó a Gold, causando que grite mucho más alto que antes, mientras su sprite perdía la cabeza y se desvanecía de rojo a gris.

GIOVANNI: Te dije hace mucho tiempo, Silver, que la vida se trata de manipular o ser manipulado.
Los pokémon no son más que herramientas.
Las personas no son más que herramientas.
Después de que cumplen su cometido, no sirven para nada…

MEWTWO.
¡Mátalo!

El Mewtwo no obedeció esta vez; las palabras de Giovanni debieron haberlo enfurecido. Se volteó hacía el y realmente habló.

MEWTWO: …Tú ya no eres útil…

Golpeó a Giovanni tal como hizo con Gold y Typhlosion, pero el grito que Giovanni produjo fue mucho más largo que cualquier otro que haya escuchado…Mewtwo estaba torturándolo.

Finalmente, el grito se desvaneció en la nada y el sprite de Giovanni hizo tal como el de Gold…dejando solos a Silver y a Mewtwo vivos en la habitación. Entonces Mewtwo me enfrentó, y supe…supe que no iba a durar mucho más…

MEWTWO: …Inútil…

Me golpeó, iniciando una batalla en la cual era completamente incapaz de participar. Mi sprite estaba en el lugar del pokémon, mi salud había disminuido a la mitad, pero sabía que no importaba de todas maneras. Estaba perdido. Elegí correr, pero no pude…elegí atacar, pero no había ningún movimiento que usar…Lo único que podía hacer era pararme allí mientras Mewtwo usaba Psíquico en la imagen indefensa de Silver.

Incluso con el sonido bajo, el grito que vino de Silver era perturbadoramente alto, mucho más alto que cualquiera de los anteriores. Incluso mientras la pantalla de batalla se desvanecía, el grito persistió hasta que el sprite de Silver se convirtió en rojo y luego en gris – lo qué ahora asumo que simboliza lo frío de la muerte…-…Silver, junto con Gold y todos los que fueron lo suficientemente desafortunados como para merodear por ese lugar de Ciudad Verde, estaban muertos.

La pantalla se desvaneció volviéndose negra, todo excepto el sprite de Mewtwo, que seguía en el centro de la pantalla. Mi mente paranoica inmediatamente me hizo pensar que en cualquier momento se iba a voltear a matarme de alguna manera, pero la palabra “FIN” apareció justo debajo de él, y la pantalla finalmente se volvió negra, y me devolvió a la secuencia del inicio del juego.

Todavía no estoy segura de por que hicieron este juego, porque alguien simplemente lo metió en una caja para vender y porqué resultó que yo lo encontré…Pero puedo asegurarles que no pondré mis manos en otro juego encontrado al azar...o es nuevo, o no me atreveré a tocarlo.

Este juego que acabo de describir se escapó de mi posesión desde la primera vez que lo jugué…No tengo idea de donde esta, pero espero que se este pudriendo en un pantano cualquiera. Si llegas a encontrar un cartucho con una cruz roja en donde debería estar la etiqueta…no lo juegues…la experiencia de jugarlo puede cambiarte para siempre…

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